Poco importa el momento
para escuchar las voces de la brisa
Poco importan los ruidos
si la canción se escucha desde adentro
Toda sonrisa
hace del mundo un mejor lugar
Toda palabra
invoca un poder que no comprende
Si observas el paisaje
te conviertes en parte del paisaje
tu atención se convierte
en una hoja cargada por el viento
que abandona tu cuerpo
y viaja
hasta el lugar que siempre había añorado
Inútil es negarse
si el rugido del mar te está llamando
Si en tus venas la sangre hierve
es en vano tratar de ser el mismo
Nada es nunca lo mismo
para seres de luz
que fluyen y atestiguan y reposan
Abandonando la crisálida
descubren una nueva dimensión
y alternativas nuevas
Nunca descanses
Nunca
dejes que crezcan tus raíces
conviértete en semilla
y cae eternamente
El mundo es un lugar extraño
de misterios sencillos y profundos
La belleza se oculta a cada paso
Y la muerte también
Y también hay en ella belleza
Sus cuencas vacías
atraen e invitan al vuelo
de la renovación perpetua
Poco importa el momento
o las inútiles preocupaciones
Poco importan
porque cada paso es la puerta a un mundo nuevo
y sin regreso
Poco interesa un ensueño o un temor
Sólo importa
abrir una ventana
y salir volando
Juan Andres Alzate - 1998
Saturday, November 26, 2011
Saturday, November 5, 2011
La orgía de los cuatro elementos
Pasaría una tra otra
quinientas, mil películas,
para que tú las vieras,
abrazándote en el breve lapso
entre una y otra,
abrigándote con mi cuerpo
y respirando
esa serenidad que inunda los salones donde habitas.
Mas el camino que conecta
tu puerta con la mía,
mi puerta con la tuya,
a veces se bifurca,
a veces se prolonga,
a veces se dilata,
a veces se oscurece...
Y mientras tanto se acumulan las películas
en el armario
y los actores se van volviendo viejos,
viejas las tramas,
acumulamos días en el rostro,
dejamos atrás otro milenio
tratando de asentarnos en este planeta
y seguimos igual de despistados,
casi igual de ignorantes que al comienzo.
Y a veces me pregunto
porqué nos esforzamos
porqué no dejar todo
una mañana tranquila...
Tu risa es la respuesta,
tu risa que es la orgía
de los cuatro elementos,
el sexo del planeta,
la vida que es un sueño
que se explica a sí mismo,
sin justificaciones,
excusas o pretextos,
tu risa que es la risa
de todas las criaturas
y la vida que inunda
inhóspitos rincones
y tranquilas praderas
por igual.
Y así pasan, una tras otra,
quinientas y mil vidas
y en el lapso entre una y otra
nos abrazamos
desprovistos de nuestros cuerpos...
Y así,
sin garantía ni promesa alguna
prosigo este camino,
corto o largo no importa,
prosigo caminando
en busca de tu risa,
en busca de la serenidad que inunda
los salones donde habitas,
en busca de la cima más alta de las cordilleras
y del horizonte que se extiende más allá.
Juan Andrés Alzate
quinientas, mil películas,
para que tú las vieras,
abrazándote en el breve lapso
entre una y otra,
abrigándote con mi cuerpo
y respirando
esa serenidad que inunda los salones donde habitas.
Mas el camino que conecta
tu puerta con la mía,
mi puerta con la tuya,
a veces se bifurca,
a veces se prolonga,
a veces se dilata,
a veces se oscurece...
Y mientras tanto se acumulan las películas
en el armario
y los actores se van volviendo viejos,
viejas las tramas,
acumulamos días en el rostro,
dejamos atrás otro milenio
tratando de asentarnos en este planeta
y seguimos igual de despistados,
casi igual de ignorantes que al comienzo.
Y a veces me pregunto
porqué nos esforzamos
porqué no dejar todo
una mañana tranquila...
Tu risa es la respuesta,
tu risa que es la orgía
de los cuatro elementos,
el sexo del planeta,
la vida que es un sueño
que se explica a sí mismo,
sin justificaciones,
excusas o pretextos,
tu risa que es la risa
de todas las criaturas
y la vida que inunda
inhóspitos rincones
y tranquilas praderas
por igual.
Y así pasan, una tras otra,
quinientas y mil vidas
y en el lapso entre una y otra
nos abrazamos
desprovistos de nuestros cuerpos...
Y así,
sin garantía ni promesa alguna
prosigo este camino,
corto o largo no importa,
prosigo caminando
en busca de tu risa,
en busca de la serenidad que inunda
los salones donde habitas,
en busca de la cima más alta de las cordilleras
y del horizonte que se extiende más allá.
Juan Andrés Alzate
Adan y Eva, por Lucas Cranach el Viejo, 1533 |
Rezago de la guerra en la posguerra
Rezago de la guerra en la posguerra
Un soldado no acepta la derrota
oculto como un gato debajo de un armario
acecha a los que cruzan el camino
¿Qué señales espera?
Imperceptiblemente
se arrastra en su trinchera
hasta el parque central
y en la mitad del día
levanta su fusil y salta enfrente
gritando un nombre muerto
y disparando al cielo su desesperación
Luego llora en silencio
Juan Andres Alzate - 2000
Un soldado no acepta la derrota
oculto como un gato debajo de un armario
acecha a los que cruzan el camino
¿Qué señales espera?
Imperceptiblemente
se arrastra en su trinchera
hasta el parque central
y en la mitad del día
levanta su fusil y salta enfrente
gritando un nombre muerto
y disparando al cielo su desesperación
Luego llora en silencio
Juan Andres Alzate - 2000
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